lunes, 13 de abril de 2009

en el océano de castilla


and the future...will be bright again

2 comentarios:

  1. of course......are you romantic?....

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  2. El ciego sol se estrella
    en las duras aristas de las armas,
    llaga de luz los petos y espaldares
    y flamea en las puntas de las lanzas.

    El ciego sol, la sed y la fatiga.
    Por la terrible estepa castellana,
    al destierro, con doce de los suyos,
    -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.

    Cerrado está el mesón a piedra y lodo...
    Nadie responde. Al pomo de la espada
    y al cuento de las picas, el postigo
    va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

    A los terribles golpes,
    de eco ronco, una voz pura, de plata
    y de cristal responde... Hay un niña
    muy débil y muy blanca,
    en el umbral. Es toda
    ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
    Oro pálido nimba
    su carita curiosa y asustada.

    “¡Buen Cid! Pasad... El rey nos dará muerte,
    arruinará la casa
    y sembrará de sal el pobre campo
    que mi padre trabaja...
    Idos. El Cielo os colme de venturas...
    En nuestro mal ¡oh Cid! No ganáis nada.”

    Calla la niña y llora sin gemido...
    Un sollozo infantil cruza la escuadra
    de feroces guerreros,
    y una voz inflexible grita: “¡En marcha!”

    El ciego sol, la sed y la fatiga.
    Por la terrible estepa castellana,
    al destierro, con doce de los suyos
    -polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.


    MANUEL MACHADO, “Castilla”. En Alma

    una vida austera, como El ciego sol se estrella
    en las duras aristas de las armas,
    llaga de luz los petos y espaldares
    y flamea en las puntas de las lanzas.

    El ciego sol, la sed y la fatiga.
    Por la terrible estepa castellana,
    al destierro, con doce de los suyos,
    -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.

    Cerrado está el mesón a piedra y lodo...
    Nadie responde. Al pomo de la espada
    y al cuento de las picas, el postigo
    va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

    A los terribles golpes,
    de eco ronco, una voz pura, de plata
    y de cristal responde... Hay un niña
    muy débil y muy blanca,
    en el umbral. Es toda
    ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
    Oro pálido nimba
    su carita curiosa y asustada.

    “¡Buen Cid! Pasad... El rey nos dará muerte,
    arruinará la casa
    y sembrará de sal el pobre campo
    que mi padre trabaja...
    Idos. El Cielo os colme de venturas...
    En nuestro mal ¡oh Cid! No ganáis nada.”

    Calla la niña y llora sin gemido...
    Un sollozo infantil cruza la escuadra
    de feroces guerreros,
    y una voz inflexible grita: “¡En marcha!”

    El ciego sol, la sed y la fatiga.
    Por la terrible estepa castellana,
    al destierro, con doce de los suyos
    -polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.


    MANUEL MACHADO, “Castilla”. En Alma

    Una vida austera, como Castilla, puede tener la belleza de esa tierra.....

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